sábado, 25 de julio de 2015

Vía de la Plata. Almadén de la Plata - Zafra. Etapa 2.

A las seis de la mañana sonó el despertador en el albergue de peregrinos de Almadén, esa sería la hora a la que nos despertaríamos en los sucesivos días. Buena hora para ponernos en marcha con la luz del alba, disfrutar de unos amaneceres espectaculares y parar a media jornada. 

Tras unos momentos de duda en la dirección que debíamos tomar salimos por carretera hacia El Real de la Jara último pueblo antes de entrar en la provincia de Badajoz. Siguiendo las indicaciones de la guía hacemos esta primera parte por carretera.


Las primeras pedaladas del día.


Entrando en El Real de la Jara.


Cruzando el arroyo de la Víbora con el castillo de las Torres al fondo ya en la provincia de Badajoz.






Una liebre curiosa corrió en paralelo a nosotros un buen trecho.




Bonitos paisajes a los que no estamos acostumbrados y una pista estupenda que nos sacaría a la N-630 para ya por carretera seguir hasta Monesterio.


En Monesterio paramos a hacer un frugal desayuno y sellamos las credenciales en el Albergue Municipal de las Moreras.


Dejamos Monesterio por terrenos de dehesa tratando de no espantar a las ovejas y de pronto nos encontramos con una extensa llanura de campos de cultivo y trazado muy amable con Fuente de Cantos al fondo.







Calor tremendo y muchos kilómetros sin una pequeña sombra hasta llegar a Fuente de Cantos (lugar de nacimiento de Francisco de Zurbarán), obligaron a hacer un pequeño alto para hidratar y hacer una visita al albergue del Convento.




Los siguientes puntos de paso fueron Calzadilla de los Barros donde amablemente unos vecinos nos rellenaron los bidones de agua fresca y la Puebla de Sancho Pérez, muy cerca ya de Zafra de donde es esta última foto. En Zafra nos alojamos en el albergue Vincent Van Gogh que tuvimos ese día sólo para nosotros y está estupendo. 

90 km con muchísimo calor en el segundo día.


domingo, 19 de julio de 2015

La Vía de la Plata. Sevilla - Almadén de la Plata. Etapa 1.

Sevilla - Gijón. Diez días y mucho calor, 960 kilómetros de sur a norte atravesando dehesas, campos de cultivo, viñas y olivares, por senderos, caminos, calzadas romanas y algo de asfalto (que nunca falta), siguiendo las flechas amarillas de la Ruta Jacobea de la Vía de la Plata.* 

Con menos preparación y preocupación que en otras ocasiones, y con muchas ganas, me embarco en este viaje con mi compañero de todos, y buen amigo, Jose.

Con la antelación suficiente nos hicimos con los billetes de autobús que nos llevarían a Sevilla con nuestras queridas bicicletas y empezamos a descontar los días.

Al fin llegó el ansiado momento y tras doce horas de trayecto y con el sol levantándose sobre Sevilla desembalamos las bicis en la estación de autobuses de la Plaza de Armas y cruzamos el puente hacia Triana. En el Albergue Triana nos hicimos con las acreditaciones de peregrinos, nos cambiamos y empezamos el camino. 

Como ayuda nos servimos de la App Vía de la Plata IT para Android y la Guía Consumer.

Desde el primer momento nos vamos encontrando las flechas amarillas que indican el camino hacia Santiago y sin ningún problema salimos de Sevilla sin pararnos siquiera a desayunar.



 Casi listos en la terminal de autobuses de Sevilla, el Easy Rider y un servidor.




Nuestro primer punto de la ruta y la primera flecha amarilla.

Sobre el Guadalquivir.



No se puede pedir más para empezar que buenas pistas por las que avanzar sin desgaste. Dejamos atrás Santiponce y las ruinas de Itálica, la ciudad romana donde naciera el emperador Trajano, siguiendo entre girasoles y campos de algodón.



Sin ningún contratiempo en Guillena, donde ya apretaba el calor.

La segunda parte de la etapa hasta Castilblanco de los Arroyos ya no fue el camino de rosas del principio, senderos y caminos que nos adentraban en la Sierra Norte de Sevilla con el sol en todo lo alto castigando a base de bien hizo que la cosa se endureciera.


Sólo el que pasa sed puede dar verdadero valor a lo que supone un trago de agua. Un pequeño oasis en esa fuente de bombeo que estaba siguiendo la flecha.

Castilblanco de los Arroyos no estaba previsto más que como lugar de paso pero los planes son una cosa y lo que impone el camino, otra. Salimos de refrescar las gargantas en uno de los bares que hay a la entrada del pueblo e inmediatamente  nos dimos cuenta de que no se podía continuar. A la una de la tarde aquello era un infierno así que nos refugiamos en el albergue y esperamos a que la temperatura bajase un poco.



Peregrinar en estos meses de verano y encima con ola de calor hace el camino muy duro y son pocos los caminantes, pero hay valientes. (En el Albergue de Castilblanco).


Serían las siete de la tarde cuando nos pusimos en marcha hacia Almadén de la Plata, con la carretera para nosotros solos y ese sol que no sabe de treguas. 


La entrada al Parque Natural de los Berrocales, una dehesa preciosa que disfrutamos a esa hora como no lo hubiéramos hecho a ninguna. Con el sol bajando rodamos entre alcornoques, madroños y jaras y pudimos ver muchos y esquivos ciervos.



 

Como no hay recompensa sin esfuerzo para poder disfrutar del paisaje y del posterior descenso hasta Almadén primero hubo que alcanzar el Alto del Calvario. La subida, no ciclable en el primer tramo, hace honor a su nombre.


Coronando el Alto del Calvario.


Y un merecido descanso para ver lo que se había dejado atrás.


Llegando a Almadén de la Plata.

 72 kms. para la primera etapa de la ruta condicionada por el calor y que nos sirvió para darnos cuenta que en los días sucesivos íbamos a tener que madrugar.

* Para no faltar a la verdad histórica se debe reconocer que aunque se denomine Vía de la Plata a las vías que unen Sevilla con Gijón, la verdadera Vía de la Plata es la que unía las importantes ciudades romanas de Mérida (Augusta Emérita) y Astorga (Astúrica Augusta).



Otras cosas

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