miércoles, 12 de agosto de 2015

Vía de la Plata. Casar de Cáceres - Carcaboso. Etapa 5.

Nuestros nuevos compañeros de viaje, Gonzalo y Fede, resultaron una magnífica compañía. Con ellos pasamos la tarde en Casar y buena parte de la ruta del día siguiente. 

Gonzalo resultó además un guía excelente, conocedor de la ruta nos dio explicaciones precisas.

A las seis y media dejamos el albergue de Casar de Cáceres y aún de noche damos las primeras pedaladas.


Todavía no había salido el sol pero ya se anunciaba el espectáculo.


Y Jose capturaba con su cámara lo que yo capturaba con la mía.


Que era una sucesión de imágenes parecidas a ésta.


Poco después nos encontramos a la izquierda, al pie del camino con este depósito de miliarios, se ve que los romanos también tenían su MOPU y su red de mantenimiento y señalización de sus calzadas.



Un disfrute total rodar a esas horas por esas pistas.


Alguna cancela y a la izquierda uno de los hitos de granito con los que la Junta de Extremadura señaliza el camino. Los hay de tres tipos, con placa amarilla: camino transitable; con placa verde: calzada romana y como el de la foto con placa amarilla y verde cuando los dos coinciden. El cubo colocado en la dirección a seguir tiene un grabado en la parte de arriba con el símbolo de la Vía de la Plata, el Arco de Cáparra atravesado por un camino en amarillo.





Desde el camino y con zoom el puente del AVE que se levanta sobre el río Almonte, tras unos kilómetros por carretera veríamos su gemelo sobre el Tajo en la confluencia de ambos con el embalse de Alcántara. Una obra de ingeniería realmente espectacular.


La salida del asfalto y la vuelta al camino en subida hacia Cerro Garrote.


Donde estaba este rebaño de asustadizas ovejas.


 La parte de arriba era una pequeña meseta antes de iniciar el descenso hacia Cañaveral.




Antes el camino atravesaba entre una ganadería de vacas astifinas de color negro zaíno de las que causan impresión.


Una parada en una de las escasas fuentes que se encontraban en el camino. Cañaveral quedaba atrás.


La dura subida al Puerto de los Castaños obligó a todos a echar pie a tierra.


En Grimaldo nos despedimos de la compañía, había que sumar kilómetros.






Éstas últimas fotos son del tramo entre Grimaldo y Riolobos, después seguiríamos por carretera hasta Galisteo y Carcaboso apurando el ritmo entre maizales, plantaciones de tabaco y mucho calor.

El albergue de Carcaboso estaba cerrado y nos alojamos en el Hostal Ciudad de Cáparra donde estuvimos muy a gusto, disfrutamos del lujo de tener aire acondicionado y la amabilidad de sus clientes dio para una simpática anécdota.



77 km. en otra calurosísima etapa.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Vía de la Plata. Mérida - Casar de Cáceres. Etapa 4.


Cuarto día de ruta, la misma rutina. A las siete menos veinte de la mañana dejábamos el Albergue de Mérida y salíamos en busca del carril bici que nos llevaría hasta el Embalse de Proserpina.


La dirección de salida nos hacia pasar por delante del acueducto. ¡Que maravilla!


Sin mayor problema conseguimos dar con el carril-bici que nos acercaría al Embalse Romano de Proserpina*, a esa hora nos regaló un amanecer increíble que por muy bonito que luzca en las fotos quedan lejos de hacerle justicia. Regalos de la naturaleza.




Dejamos atrás el embalse y poco después un desvío a la izquierda nos adentró en un camino muy divertido con trampas de arena incluidas entre alcornoques y jaras.


Pasamos por Aljucén sin detenernos y tras unos kilómetros dimos alcance a Ana, ya nos empezaba a preocupar esta chica, sabíamos que madrugaba más que nosotros pero para recuperar ese tiempo tuvimos que hacer una verdadera contrarreloj. 

Paramos a sellar nuestras credenciales en el albergue de Alcuescar e hicimos un pequeño alto para desayunar, algo en lo que no nos estábamos prodigando mucho. Ya en ruta nos fuimos encontrando con algunos miliarios, columnas cilíndricas que los romanos colocaban a modo de puntos kilométricos a cada milla romana, unos 1480 m.


Con Ana en el conocido como miliario del cartero, llamado así por tener una oquedad en la parte posterior donde el cartero dejaba la correspondencia del cortijo de Santiago de Bencáliz.




Llegando a Valdesalor.


Jose y Ana delante del albergue de Valdesalor. En el pueblo hicimos una pequeña parada para refrescar y seguimos ruta.


La salida de Valdesalor tuvo algo distinto, una subida. Parece mentira que se echen de menos.


Con Cáceres ya a la vista.


En Cáceres nos despedimos de Ana, ese era su destino; Sevilla - Cáceres para visitar a la familia, una pena que nos dejara porque nos hubiese encantado seguir en compañía de esa sonrisa.


En la Plaza Mayor de Cáceres desde donde seguiríamos hasta Casar con nuevos compañeros de viaje. Gonzalo y Fede con quienes habíamos coincidido brevemente en Valdesalor.

Casar de Cáceres era un horno cuando llegamos pero cuando salimos de comer no funcionaban ni los termómetros.

90 km en un día inolvidable. 

*Proserpina es una antigua diosa romana equivalente a la diosa griega Perséfone. Era hija de Ceres y Júpiter y fue raptada por Plutón para casarse con ella y reinar en el Hades, el Inframundo. Si tenéis curiosidad buscar la escultura del Rapto de Proserpina de Bernini porque es espectacular.

lunes, 3 de agosto de 2015

Vía de la Plata. Zafra - Mérida. Etapa 3.


Ésta etapa fue la más corta de la ruta pero no hubiese sido de recibo pasar por Mérida sin dedicarle una visita y así lo programamos como lo fuímos programando todo, casi sin querer. Aunque hubiésemos querido ir más largo, nada más lejos de nuestra intención, el tremendo calor no nos lo habría permitido.

26º C había en la bonita Zafra cuando salimos a las siete menos cuarto de la mañana, y con tan agradable temperatura empezamos a pedalear. 


Los momentos en los que deberíamos aprovechar para avanzar los aprovechábamos de otra manera, ¿cómo podrías no detenerte y disfrutar de ese amanecer sobre Los Santos de Maimona?


 Bajando hacia Los Santos 


Y atravesando sus calles encaladas.


Vides, olivos y una pista llana para rodar muy cómodos hasta Villafranca de los Barros, "la ciudad de la música". Un nombre que le viene de tiempo atrás cuando se impuso como costumbre entre los vecinos, reunirse en días señalados y fiestas para asistir y participar en espectáculos particulares y públicos con la música como protagonista.




Y entre las vides una autopista de tierra para nuestras bicicletas por la que rodamos muy rápido camino de Torremejía.


La única sombra que se pudo aprovechar en toda la ruta fue la que le brindó a Jose el monolito informativo a la altura del cruce con Almendralejo, que quedó a nuestra izquierda.



Y así, por esas pistas llanas y con mucho calor llegamos a nuestro destino, Mérida, Augusta Emérita, la capital de la provincia romana de Lusitania fundada en el año 25 a. C. para acoger a los soldados veteranos de las legiones V Alaudae y X Gémina.



Inmortalizados delante del puente romano sobre el Guadiana.

Fue un buen día el que pasamos en Mérida, nos alojamos en el caluroso albergue Molino de Pan en la orilla del Guadiana, tuvimos sobremesa entre amigos con la visita de Lorena, Rubén y su hija Alba que subían a casa de vuelta de sus vacaciones, hicimos turismo y hasta tuvimos la suerte de encontrarnos con Ana, la ciclista invisible. Sabíamos que existía porque la habíamos conocido en Zafra el día anterior, pero no sabíamos que era tan veloz. Toda la jornada viendo la marca de sus ruedas pero de ella, ni rastro. Al final, un encuentro casual, una cena frugal y una charla distendida y amena que continuaría al día siguiente. 


 Bajo el Arco de Trajano.


Una visita que nos hizo mucha ilusión.




Habrá que volver a ese teatro a una hora en que haya función.



Ensayos al aire libre en el Templo de Diana, lugar de afortunados encuentros.

Zafra - Mérida, 67 calurosos km.

Otras cosas

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