Se completó otra pequeña aventura.

Se acabó la Transnevada, fuimos fieles a lo que nos habíamos propuesto y finalizamos cada etapa conforme al guión que nos habíamos trazado. Siete días. Cada uno de ellos echábamos la vista al mapa para darnos cuenta del mordisco que le dábamos a Sierra Nevada, parece mentira lo que se avanza  dando pedales. Al final nos resultaron 530 kms. de anécdotas, risas y sudores y más de 15.000 metros de desnivel acumulados en paisajes que las fotos nos ayudaran a guardar en nuestra memoria. Subimos con nuestras bicis al Mulhacén y atravesamos los Alayos, cruzamos valles, vadeamos ríos, nos imaginamos lo que debe ser la fuerza del agua en esos barrancos profundos y verticales y a pesar de que nos encontramos con muy poca gente en el camino, o quizá por ello, recordaremos sus historias, algunas tan increíbles como ciertas. 

 

Con Javi, Jose y Carlos en la cima del Mulhacén (3.481 m.). Con esta gente se puede ir al fin del mundo y hasta el mismísimo infierno. Gracias compañeros, con vosotros todo es más fácil.