Para esta etapa según se realice en verano o invierno hay dos posibilidades, la ruta de verano sube a cotas más altas y una vez arriba el terreno es muy favorable; la de invierno no alcanza tanta altura pero a cambio es más larga y de perfil más irregular. Nosotros como es lógico nos fuimos por la ruta de verano.
Como todos los días procuramos no salir muy tarde, el sol madrugador enseguida quería coger la vertical. A las ocho estábamos dando pedales para retornar a la pista que habíamos abandonado el día anterior, la primera parte de la etapa sería en ascenso continuo, en total cinco horas de subida que se dividieron en tres que fue lo que nos llevó llegar hasta el área recreativa de Collado Espino y dos más hasta ganar el alto de la sierra. Las pistas seguían siendo buenas y los desniveles constantes y no muy altos lo que nos permitía rodar a un ritmo regular sólo interrumpido por las paradas para admirar el paisaje o para coger agua en las pocos sitios donde esto era posible.
Fue increíble ver como sin darnos cuenta la mole de Sierra Nevada que se elevaba siempre a nuestra derecha pasó a estar a la altura de nuestras ruedas.
Fue increíble ver como sin darnos cuenta la mole de Sierra Nevada que se elevaba siempre a nuestra derecha pasó a estar a la altura de nuestras ruedas.
Otra etapa con final importante que acabaría teóricamente en el Puerto de la Ragua pero que por temas de alojamiento hubo que prolongar con mucha suerte (siempre en descenso), hasta Posada de los Arrieros, abierto porque tenían campamentos de verano y nos dieron cobijo. De no tener la fortuna la siguiente opción es Bayarcal y al día siguiente remontar por carretera hasta el enlace.
Las primeras pedaladas del día entre sombras efímeras.
Panorámica desde el mirador de Haza Ribera, con Abrucena en el centro.
La fuente de Paredes muy al principio de la etapa y el último punto claro de agua. Hacía el final de la etapa encontramos un arroyo poco antes de empezar el descenso hasta el Puerto de la Ragua.
En el Área Recreativa de Collado Espino, rodeados de barbacoas que está prohibido encender por motivos de seguridad evidentes. Cosas que no se entienden.
Retomando la subida un momento de duda con el sendero que va por la derecha y que pertenece al Sulayr. Nosotros de frente, como estaba señalizado.
Desde el Mirador de la Loma de la Pandera, mirando de tú a tú al Mulhacen y Veleta.
A partir de ahí ya no hubo más que subir y rodamos por pistas cómodas a una altitud de 2400 m.
Las sombras siempre escasas.
Y para algunos la preceptiva siesta.
Atravesando un canchal de pizarra.
Descendiendo al Puerto de la Ragua.
Una parada en el Puerto desde donde sólo quedó descender unos kilómetros por carretera hasta Posada de los Arrieros.
El destino, Posada de los Arrieros, un buen alojamiento del que nos pudimos aprovechar por tener campamentos de verano, de no ser por ello nos lo hubiésemos encontrado cerrado obligándonos a seguir bajando hasta Bayarcal y teniendo que remontar al día siguiente.
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