"Cada día el sol ilumina un mundo nuevo." (Paulo Coelho). Yo añado: "El sol es un buen alimento para el espíritu." Y así, con ese sol que nos alimenta el espíritu nos levantamos a primera hora en la Casa Batlle, nuestro alojamiento en Les Esglésies, donde nos dispensaron un trato familiar. Desayunamos y nos ponemos en marcha, nada más salir empezamos a consumir las calorías del desayuno en una buena subida por carretera que todavía se puso mejor cuando ésta se acabó y pasó a ser una pista pedregosa de fuerte pendiente que después suavizó hasta llegar al collado de Pemir. Cinco km. de subida y quinientos metros de desnivel salvados en un visto y no visto para empezar el día. Los compañeros de Sabadell se entretuvieron un poco en la salida, los vimos salir cuando íbamos por las últimas paelleras de la carretera. Con dos de ellos que iban de avanzadilla coincidimos en el alto, llegaron a tiempo con sus Go-pro para inmortalizar mi cambio de culotte. Nosotros seguimos y ellos se quedaron a reagrupar.
Las paelleras en la salida de Les Esglésies, en el Triador perderíamos la cuenta.
Las de la pista también tenían lo suyo.
A partir del Collado de Pemir se sigue hasta el Collado de Oli campo a través y porteando mucho en una zona rocosa y arcillosa.
En el Coll de Oli preparándonos para una bajada que no se disfrutó nada.
En la bajada seguimos porteando y subiendo y bajando de la bici cada pocos metros, es rocosa, trialera y muy técnica y en el último tramo se convierte en un pequeño riachuelo. Al fin salimos a una pista y por carretera hasta la Torre de Capdella, en el albergue tomamos un refresco y en la tienda del pueblo, prácticamente desabastecida, avituallamos. Seguimos hasta Espui donde sellamos el pasaporte y comemos unos bocadillos para afrontar la subida al Coll del Triador, doce km. de subida por pista sin un descanso en la que se salva un desnivel de casi mil metros. Es ciclable cien por cien así que nos ponemos en modo subida y para arriba. Cuando acabábamos de comer llegó el grupo de Sabadell, se habían desorientado en el collado de Pemir y se habían ido de frente en lugar de salir hacia la derecha.
Espui, al fondo, desde la subida al Triador.
De la subida al Coll del Triador, mirando a las montañas a los ojos.
Una vez en el alto entramos en un cordal de buena pista en la que rodamos muy rápido hasta llegar a la salida por el Coll de la Portella (2.268 m.), el punto más alto de la Pedals de Foc.
Comenzamos el descenso por la pista dejando la estación de esquí de Espot a la izquierda. La bajada hacia Espot es muy buena y muy rápida salvo un tramo en la parte final en el que se transita por debajo de unos telesillas.
Llegamos a Espot y hacemos un descanso tomando una cerveza mientras esperamos a los sabadellenses que tenían allí el alojamiento. Departimos un poco con ellos a su llegada y seguimos hasta nuestro destino, Son, a catorce km. Creíamos que teníamos la etapa hecha pero nos equivocamos, seguimos el track que empieza a ratonear por senderos estrechos, en algunos tramos aéreos, rocosos, con raices, alternando subidas y bajadas...Vamos, que lo que presumíamos iba a ser media hora más de etapa se convirtió en hora y media cuando llegamos al Refugio Casa Masover, en Son. Buena cena, buena charla y a dormir.
Esas cosas que tiene el btt, arroyos, senderos, dificultades... por eso nos gusta tanto.
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