lunes, 22 de julio de 2013

Transnevada. Etapa 1. Güejar Sierra-Jérez del Marquesado.

Desde el primer día en que decidimos que la ruta de este año sería la circular a Sierra Nevada nos hicimos cargo de lo importante que era tener un buen diseño de etapas, por suerte pudimos contar con la experiencia de Chema y Edurne, bikers amigos que la habían hecho el año anterior. Ellos, con algunas dificultades a la hora de encontrar alojamientos, se habían visto obligados a perder mucha altura y como consecuencia a alterar los planes iniciales. Así, con información de primera mano, repartimos la Transnevada en las etapas que a nosotros nos parecían más lógicas e incluimos una más, aprovechando la pista que sube al Refugio de Poqueira desde Capileira para intentar hacer al menos una de las cumbres, bien el Veleta,  bien el Mulhacén, como finalmente fue. El grupo lo componemos los mismos cuatro que habíamos completado la Transcantábrica de hace dos años: Javi, Jose, Carlos y el que escribe.

Por la información que teníamos las tres primeras etapas de la Guía de la Transnevada que edita la Junta de Andalucía podían condensarse en dos, de esa manera alargamos nuestra primera etapa desde la salida en Güejar Sierra hasta Jérez del Marquesado. Hay que decir que no se entiende la división de etapas de esa guía en tanto en cuanto varias de ellas tienen inicio y fin en parajes de la sierra en los que no hay nada y por tanto la organización de las etapas en función del alojamiento se confía al criterio de cada uno. Fue importante la buena disposición de todos en aquellos lugares en donde además de dormir tuvimos unas buenas cenas y desayunos y esos picnics que nos daban la gasolina necesaria.

En Güejar Sierra, nos alojamos en Fuente la Teja, una casa rural situada en un entorno muy tranquilo unos kilómetros por encima del pueblo. Fuimos amablemente atendidos por su propietaria, Ana, que nos dio todas las facilidades para que dejáramos los coches hasta la vuelta.

Una de las primeras fotos de la ruta bajando de Fuente la Teja y encontrándonos con Sierra Nevada. Un poco más abajo, Güejar Sierra.

La mañana nos dio los buenos días con cielo azul y una temperatura que nos puso en guardia de lo que podría ser a las horas centrales del día. Un buen desayuno y preparamos las bicicletas. Las primeras pedaladas con la bolsa de manillar, el portabultos y la mochila en la espalda, siempre son extrañas hasta que te haces al peso extra, una sensación que pasa rápido.

Aprovisionándonos de agua en la primera fuente que encontramos, la Fuente de los diecisiete caños.

Iniciamos el descenso atravesando Güejar Sierra hasta encontrar el principio de la ruta, una buena subida asfaltada conocida como el Camino de Padules que acaba en el Collado del Alguacil.

Por la subida del Camino de Padules, no estaba mal para empezar.

En su final, en el mirador Puntal de las Majadas, un panel hace que podamos poner nombre a las cumbres que teníamos a nuestra derecha durante el ascenso, unos cuantos tresmiles entre los que destacan el Picón de Jérez, Alcazaba, Mulhacén y Veleta.

 El último tramo de la subida ya por pista.

Lo que nos estaba esperando.

Girando a la izquierda cambiamos de valle, de terreno y de inclinación, siguiendo una pista en descenso que nos llevaría hasta Tocón. Allí pusimos en práctica otra de nuestras aficiones y aprovechando que estábamos en tierra de bandoleros asaltamos al panadero ambulante y más adelante al vendedor de melones.





La salida de Tocón es en ascenso por carretera hasta el Puerto de los Blancares, nada más coronar un pronunciado cambio de dirección a la derecha perfectamente indicado nos adentra en una pista con muy buen firme que entre pinares que apenas nos ofrecen algo de sombra (el sol está muy vertical), nos lleva a asomarnos a la localidad de La Peza. Fue en el descenso hacía La Peza cuando empezamos a sentir calor de verdad, siempre que perdíamos altura cruzábamos una franja que era lo más parecido a entrar en un horno.




Buenas pistas de subidas y bajadas largas y tendidas entre pinares hasta llegar a ...

La Peza, que dejamos a nuestra izquierda mientras seguimos ruta.

Seguimos camino en dirección a Lugros circulando por pistas llenas de aromas que no identificamos ¿almendro? ¿romero? Cada uno decía una cosa hasta acabar con el especiero completo. Así llegamos a Lugros, donde se caían los pájaros.

Lugros fue parada obligada y uno de los pocos pueblos que necesariamente hay que pasar en el transcurso de la Transnevada.

Lugros era el teórico final de la primera etapa y un buen lugar para parar a comer y a resguardarnos un poco de un sol que a partir de las dos de la tarde hacía estragos. Tras unas tapas, unas cervezas y un descanso, y con la pereza habitual que da coger la bicicleta después de comer, más con aquel calor, nos ponemos en marcha hacía Jérez del Marquesado.

Una pequeña subida por carretera nos deja frente a una ganadería de toros de lidia en nuestro pedalear hacia Cogollos de Guadix donde una pista flanqueada de cipreses nos devuelve a un paisaje muy parecido al de buena parte de la mañana, buenas pistas entre pinos y encinas que nos llevan hasta nuestro final de etapa en Jérez del Marquesado.


Hacia Cogollos de Guadix, ya en lo que sería parte de la etapa con el sol a nuestra espalda.

Poco antes de llegar a Jérez hay un mirador desde donde se pueden observar la localidad de Jérez del Marquesado y, entre otras, las minas de Santa Constanza de donde se extrajo el cobre para acuñar las pesetas después de la Guerra Civil.

En Jérez del Marquesado nos alojamos en el Hotel Picón de Sierra Nevada, donde Julio y su padre Manuel Morales nos dispensaron un trato excelente además de relatarnos con detalle el accidente del avión americano que en marzo de 1960 se posó en el Picón de Jérez y el rescate de los pasajeros en el que el propio Manuel había participado y que recordaba como si hubiera sucedido ayer. Una historia increíble que se merece una entrada aparte.

Jose en su salsa escuchando a Manuel, ¡Con lo que le gusta a él escuchar historias!

Güejar Sierra-Jérez del Marquesado. 76 kms de mucho calor, buenas pistas y bien indicadas. 


5 comentarios:

  1. Muy buena narración JL. Los detalles marcan la diferencia y tu los cuidas un montón. He vuelto por un momento a la sierra.
    Charly

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  2. Eres un maestro para esto de relatar viajes y para muchas cosas más. Un recuerdo inolvidable al que tu pones cara magistralmente

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  3. Qué estupenda aventura!!! Y lo cuentas de maravilla! Incluso sentada frente al ordenador, con Buenos Aires helada y en medio de mi día de trabajo, pude disfrutar contigo y tus amigos.
    Fenomenal, querido Jose!!!
    PURA VIDA, mi amigo!!!

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  4. Sigo sintiendo envidia sana cuando veo tus fotografías, ¿qué le vamos a hacer?

    Saludos

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  5. Qué maravilla, José Luis, pensar que yo tengo una bici todoterreno para andar por el asfalto de la ciudad. Un despropósito.
    Un fuerte abrazo.
    HD

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