lunes, 22 de mayo de 2017

El Camino Primitivo IV

Con un día de adelanto sobre lo que habíamos previsto en un principio llegamos a Santiago de Compostela. El día amaneció despejado, preludio de un gran día de bici y tras el desayuno en el hotel sólo tuvimos que cargar el equipaje e incorporarnos al camino que pasaba por delante.




Fuimos alternando tramos de asfalto y de bonitos senderos.

Para nosotros ésta etapa quedaba dividida en dos mitades muy diferenciadas, una primera hasta Melide en la que apenas encontraríamos peregrinos y la segunda a partir de Melide donde al coincidir con todos los peregrinos que venían por el Francés se hizo mucho más distraída y amena. Afortunadamente, porque el calor apretaba.



Salvando el Alto de Hospital de As Seixas sólo quedaba un rápido y cómodo descenso hasta Melide.



Los últimos kilómetros se pasaron sin apenas darnos cuenta gracias a la aparición de otros dos bikers a los que tuvimos que frenar un poco porque iban desbocados. Carlos y Toño, dos amigos de Novallas, dos maños que venían como tiros por el Francés en su primera experiencia viajera. Juntos seguimos hasta Santiago y juntos disfrutamos ese momento especial que supone entrar en la Plaza del Obradoiro.





Carlos y Toño con el objetivo cumplido






Otro más con mi compañero de penurias, el que me metió en estas danzas.


Como toros estos chavales


Nuestro viaje seguía, no acababa en Santiago, aprovechamos la mañana siguiente para poner las cosas en orden, hacer un poco de turismo, acudir a la misa del peregrino, abrazar al Apóstol y tras la comida proseguir rumbo a Fisterra.

Con mucho calor y más pereza dejamos Santiago al día siguiente de nuestra llegada para recorrer los 21 km. que nos separaban de Negreira, allí nos quedamos con la idea de continuar hasta Fisterra al otro día.

2 comentarios:

  1. Hacía tiempu que no me asomaba por aquí, lo siento :-(
    Estar contigo ayer en Gijón me refrescó la memoria y entro y me encuentro vuestro Camino Primitivo, muy guapo en cuatro jornadas.
    Esther y yo lo hicimos el otoño pasado caminando y desde nuestra casa en Mieres y nos encantó.
    Un saludo y a ver si coincidimos en otra ocasión.

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    Respuestas
    1. Lo seguí, Monchu. Seguro que habrá ocasión de volver a vernos y en circunstancias más felices. Saludos.

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