No puedo explicar por que una mañana del pasado invierno, en la que sentí en mi rostro el aire frío del norte, me invadió durante unos instantes la sensación de ir hacia atrás en el tiempo, fue un déjà vu. Llegó la brisa que helaba las manos y la cara, y noté como en el ambiente había algo familiar, imposible de describir, algo que me llevaba a otro momento y otro lugar que no fuí capaz de visualizar. No había nada distinto en apariencia en aquella mañana, no había otros olores distintos de otros de otros días, ni nada que hiciera pensar que aquel momento fuera distinto de otros, pero sin embargo el tiempo se paró para hacerme saborear aquel instante especial. Lo fue tanto sin ser nada que a pesar de que han transcurrido ya varios meses desde entonces, no puedo evitar el recordarlo.
Flotando en mi líquido amniótico, The Doors - Light my Fire.
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