domingo, 5 de febrero de 2017

El Camino Primitivo

Unos cuantos años ya viajando en bici y una cuenta por saldar, peregrinar a Santiago de Compostela. Lo haría con Jose, mi compañero de otras ocasiones, saliendo desde Oviedo por el Camino Primitivo.

El Camino Primitivo fue el primero conocido y lo realizó Alfonso II el Casto en el siglo IX para visitar la tumba recién descubierta del Apóstol Santiago. Parte de Oviedo en dirección a Santiago de Compostela entrando en la provincia de Lugo por el Alto del Acebo.

Echando la vista atrás, en Santiago había pasado unos días durante el agosto de 1989 con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II para presidir la clausura de la IV Jornada Mundial de la Juventud celebrada en el Monte de Gozo en la que fue la mayor peregrinación a Compostela. En aquel tiempo estaba cumpliendo con la patria realizando el servicio militar en la Unidad de Transportes IX/61 perteneciente a la AALOG 61 en Valladolid y algunos tuvimos que desplazarnos hasta  Santiago con varios camiones aljibe para abastecer de agua a la multitud de peregrinos que se congregaron en el Monte de Gozo, lamentablemente no tengo ninguna foto aquellos días.

Poco se puede escribir de las peregrinaciones a Santiago que no se haya leído ya antes así que en esta entrada o en las que sigan no voy a entrar en detalles. Para el viaje nos llevamos la guía eroski que una vez fotocopiada y encuadernada ocupa muy poco espacio y es muy completa.

La idea inicial que fue la que se llevó a cabo pasaba por llegar a Santiago, prolongar el viaje hasta Fisterra y Muxía y desde ahí subir por carretera hasta Ferrol para hacer la vuelta a Gijón en el tren de FEVE.

Las etapas estaban abiertas a cualquier modificación en ruta, ni había un lugar concreto donde acabar ni problemas para coger cualquier tipo de variante. Finalmente quedaron así:

Etapas:

1. Oviedo-Salas; 2. Salas-Embalse Grandas de Salime; 3. Embalse de Grandas-Lugo; 4. Lugo-Santiago; 5. Santiago-Negreira; 6. Negreira-Fisterra; 7. Fisterra-Muxía-Laracha; 8. Laracha-Ferrol

El mes de julio de 2016 empezó lluvioso y gris y en esas condiciones tan distintas a las del viaje del año anterior nos pusimos en marcha.

Con las bicis en el tren y tras un transbordo para no perder la mañana en llegar a Oviedo nos plantamos en la Catedral para hacernos con las credenciales de peregrinos y visitar al Salvador.


El dicho reza que: "Quien va a Santiago y no al Salvador, visita al criado y no al Señor ".

La primera etapa desde Oviedo a Salas pasando por Grado nos llevó por bonitos senderos y tramos alternativos por carreteras de escaso tráfico bajo cielos plomizos. La segunda parte del día, cuando después de la frugal comida en el Monasterio de San Salvador de Cornellana afrontamos la subida por carretera del Alto de Santa Eufemia, fue acompañada de una débil pero pertinaz llovizna que nos dejó empapados y que no cesó hasta llegar a Salas.

El albergue de Salas estaba completo, no es de extrañar, sólo dieciséis plazas en la deficiente infraestructura asturiana del Camino que nos llevó a pasar la noche en el Salón de Actos del Centro Social durmiendo en una colchoneta.


En el inicio de la ruta


Los primeros senderos saliendo de Oviedo




En la capilla de Fátima en Valsera


Aproximándonos a Cornellana los pilares de la autopista y un sendero de bajada que hubo que hacer andando y con mucha precaución.




En el Monasterio de San Salvador de Cornellana



Y el Centro Social de Salas donde pasamos la noche, unos mejor que otros. Mi compañero es de buen dormir.

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