Cuando era niño y correteaba por los rincones de Lavandera había un lugar misterioso que me impulsaba a apretar el paso y no volver la vista atrás. Se juntaban en él las sombras, el rumor del río, la oscuridad del lavadero, la perenne presencia de una anciana vestida siempre de negro y un pequeño bar. Ella era “La muda”. ¿Cuál era el lugar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tus comentarios enriquecen este blog. Gracias.