Tener cuidado ahí fuera

Cuando Fernando Alonso hacía sus primeros pinitos en la formula 1 yo me entretenía leyendo aquellas crónicas en las que se le presentaba como un mago que conseguía lo imposible, hacer llegar a la meta un coche en el que algo se rompía en cada vuelta. Así eran los Minardi, mucho entusiasmo y poco presupuesto, los coches acababan, mejor dicho el de Alonso acababa, repleto de averías y cuando no era el cambio era un alerón o un espejo el que quedaba colgando. Se puede decir que Minardi era una escuela donde foguear a los jóvenes pilotos y el filtro que todos los demás equipos seguían para saber si un piloto tenía cualidades.
Así fue como se despertó mi afición por la formula 1, que posiblemente dure lo que dure Fernando Alonso en una pista. Soy Alonsista y estoy contento porque parece que ya es inevitable su anuncio por Ferrari, ya iba siendo hora de ver al mejor piloto con el mejor coche. Es el premio a la constancia, al esfuerzo, al trabajo y al talento.
Pero no todo son alegrias, en safety-car.net página donde nos reunimos muchos de los seguidores de Fernando estamos de luto porque uno de los administradores del foro no llegará a ver de rojo a su piloto favorito, Alberto Albarrán "albadeli" falleció hace unos días atropellado por un camión cuando practicaba su deporte favorito, el ciclismo, lo que me lleva a recordar de nuevo cuan frágiles somos a lomos de nuestras bicis y que peligrosas las carreteras. Como decía el capitán Furillo en "Canción triste de Hill Street", tener cuidado ahí fuera.