Todo está en los versos de Machado. Si acaso, le faltó recordar a los nazarenos volviendo sobre sus pasos.
Son de abril las aguas mil.
Sopla el viento achubascado,
y entre nublado y nublado
hay trozos de cielo añil.
Agua y sol. El iris brilla.
En una nube lejana,
zigzaguea
una centella amarilla.
La lluvia da en la ventana
y el cristal repiquetea.
A través de la neblina
que forma la lluvia fina,
se divisa un prado verde,
y un encinar se esfumina,
y una sierra gris se pierde.
Los hilos del aguacero
sesgan las nacientes frondas,
y agitan las turbias ondas
en el remanso del Duero.
Lloviendo está en los habares
y en las pardas sementeras;
hay sol en los encinares,
charcos por las carreteras.
Lluvia y sol. Ya se oscurece
el campo, ya se ilumina;
allí un cerro desparece,
allá surge una colina.
Ya son claros, ya sombríos
los dispersos caseríos,
los lejanos torreones.
Hacia la sierra plomiza
van rodando en pelotones
nubes de guata y ceniza.
Asi fue esta Semana Santa,pasada por agua,pero es que como dicen en abril aguas mil para tristeza de los penitentes,que se quedaron esperando y los pasos no salian por culpa de la lluvia.
ResponderEliminarUn bsto
Ayyy hombre!
ResponderEliminarQuè me matas con tus posts!
Que el blues, que Machado...
Si no fuera porque soy hija
única, pensaría que eres mi hermano menor! :)
Eso de sentir que a la distancia, los espíritus disfrutan de las mismas cosas, es sencillamente FENOMENAL.
Te envío un beso enormísimo!