La segunda etapa, Peranzanes- Leitariegos, ya nos enseñó la patita. Los preparativos de esta etapa comenzaron el día antes, Carlos llevaba demasiadas cosas en sus alforjas y era conveniente aligerarle ese peso, así que nadie mejor que Jose para reducirle el equipaje a la mínima expresión. Las alforjas se quedaron en Peranzanes y llegaron a Gijón días antes que nosotros vía servicio de paquetería, y Carlos, con una única bolsa sobre el portabultos de su bicicleta comenzó a dar muestras de su potencial.
La ruta empezó con un bonus track, uno de tantos que vinieron después. Cogimos la primera subida que vimos al salir del albergue de Peranzanes, se nos hacía extraño que no hubiera que empezar, como el día anterior, subiendo una buena rampa, y claro, nos equivocamos, subíamos por la otra margen del rio. No estuvo mal el primer calentón, tuvimos que dar un giro de 180º y volver practicamente al punto de partida para tomar, esta vez sí, la pista buena, la del Puerto del Trayecto. El día estaba nublado y hacía fresco en los altos aunque en el camino entre pedaladas y porteos no se notaba. Coronamos el Puerto pusimos los chubasqueros y bajada hasta Rebollar, y de ahí a Degaña, donde estuvimos a punto de marcarnos el segundo bonus track de la mañana. Afortunadamente nos dimos cuenta a tiempo, Carlos se quitó los crampones, guardó el machete y bajó del monte para permitirnos salir por Degaña, donde cogimos un camino precioso que nos llevó a un bosque más precioso todavía, el alfombrado bosque de Moal por el que discurre el P.R. 132. En el tramo anterior un panel rezaba:"Camino Real Puerto San antón, camino a Cerredo. Idóneo para pasear o recorrer en bicicleta." Bueno, pues de todo esto que tan buena pinta tenía, nos salimos para subir, arrastrando la bicicleta, un cuestón que no se acabó hasta salir a un alto por donde pasaba una carretera, resultó ser el Puerto de ¿Vegaprado?. No lo recuerdo, los que tengan el mapa, por favor que me corrijan. De ahí bajamos por asfalto hasta Cerredo y paramos a comer, no éramos los únicos con hambre, las garrapatas también se quisieron comer a Chema, supongo que porque es el que tiene la sangre de mejor calidad. Ahí la cosa ya estaba fea, hacía frío y amenazaba lluvia. Tras la parada nos pusimos en ruta subiendo el Puerto de Cerredo y desde el alto seguimos la señalización del GR-203, una señalización que deja bastante que desear.
La señalización que nos encontramos en toda la ruta fue bastante pobre, a todas luces insuficiente y de no ser por la tecnología en forma de gps y el mapa de la Cordillera Cantábrica de Adrados hubiera sido imposible completarla con éxito, resultaba difícil encontrar gente que nos pudiese ayudar, sólo algunos pastores y algunos lugareños con la vista puesta a lo lejos.
A través del GR-203 y tras extraviar el camino en un par de ocasiones llegamos a lo que parecía su final, un final sin aparente salida junto a una caseta de aguas. Después de buscar infructuosamente el camino, resultó que lo teníamos delante, el GR se tiraba monte abajo siguiendo el cauce de un arroyo por el que descendimos hasta salir a la carretera, muy cerca ya del Puerto.
La etapa nos resultó más larga y dura de lo que esperábamos en un principio, menos mal que sólo fueron 50 Km. y 2400 m. de desnivel.
La señalización que nos encontramos en toda la ruta fue bastante pobre, a todas luces insuficiente y de no ser por la tecnología en forma de gps y el mapa de la Cordillera Cantábrica de Adrados hubiera sido imposible completarla con éxito, resultaba difícil encontrar gente que nos pudiese ayudar, sólo algunos pastores y algunos lugareños con la vista puesta a lo lejos.
A través del GR-203 y tras extraviar el camino en un par de ocasiones llegamos a lo que parecía su final, un final sin aparente salida junto a una caseta de aguas. Después de buscar infructuosamente el camino, resultó que lo teníamos delante, el GR se tiraba monte abajo siguiendo el cauce de un arroyo por el que descendimos hasta salir a la carretera, muy cerca ya del Puerto.
La etapa nos resultó más larga y dura de lo que esperábamos en un principio, menos mal que sólo fueron 50 Km. y 2400 m. de desnivel.
Leitariegos o L.leitariegos como dicen ellos, es una pasada. Confío en que hayas tomado un chupito de orujo a la salud de los blogueros.
ResponderEliminarBlogsaludos
Uyyyy Bro!!! Me muero de vergûenza! Y yo que alabo mi resistencia andando con la bici por el circuito de la plaza cercana a mi casa... De sólo leerte, se me acalambran las piernas!
ResponderEliminarPor otro lado, salieron muy guapos en la foto! :D
Saludos desde la lluviosa Buenos Aires!
P/D: Las cosas que se hacen por la familia... Ni una gotita de sangre en el último post de mi blog! Ni navajas, ni venenos... Una dulzura total! JEJEJE!!!
creo que te refieres al valdeprado, sí, por allí el paisaje es una autentica pasada,
ResponderEliminarCorrecto Eddie, muchas gracias, era ese, el Puerto de Valdeprado.
ResponderEliminarLo siento Adivín, fue una semana sin chupitos, los brindis fueron con bebida isotónica.
Bee, cuando el cuerpo dice basta, la cabeza dice adelante, con calambres y con lo que sea. Los superhombres están en la Marvel.