Sí, fue nuestra transcantábrica, lo fue porque hay otras que aunque parecidas no coinciden con la nuestra y porque sobre ésta misma que nos planteamos incluimos modificaciones en el plan de ruta que la hacen distinta de las demás. Algunas de esas variaciones ya se llevaban preparadas desde casa, otras se improvisaron sobre la marcha y otras se debieron a despistes y extravios. Los kms. de más fueron considerados bonus track.
Fueron siete días en los que se recorrieron 400 km., en los que se acumularon más de 15.400 m. de desnivel y en los que no todo fue dar pedales. Todos los días hubo que caminar, algunos mucho más de lo deseado, y aunque se guarden como tesoros los paisajes que entraron por la retina, también se sufrió mucho ¡Menos mal que siempre nos dieron bien de cenar!
Una conclusión, ahora puedo decir que extraida de mi propia experiencia: la resistencia del cuerpo humano está muy por encima de lo que podamos pensar cuando se lleva al cuerpo a situaciones límites.
1ª Etapa. Burbia-Peranzanes.
Esta primera etapa resultó una buena toma de contacto, la noche anterior a la salida habíamos llegado a Burbia, pequeño pueblo perteneciente a la comarca del Bierzo que se encuentra en el interior de la Reserva de la Biosfera de los Ancares. Nos alojamos en el albergue, donde nos dieron de cenar muy bien y dormimos muy a gusto. Las gracias a David y a Quique que nos oficiaron de chóferes, porque Burbia está lejos y a ellos después de la cena aún les quedaba la vuelta.
Los primeros días contamos en el grupo con la buena compañía de Chema, así que esa primera mañana de pedales, como las dos siguientes, el grupo lo integrábamos: Javi, Jose, Carlos, Chema y el que escribe.
Salimos de Burbia con muy buen tiempo encarando una subida que se nos antojó muy dura (primeros porteos), y que se fue convirtiendo con el paso de los días en una anécdota, hasta llegar al alto desde el que nos descolgamos a Candín (en toda la semana no hicimos otra cosa que subir, bajar, subir y bajar y subir; algo a lo que estaba acostumbrado, sólo que sin llevar equipaje). Esta primera etapa fue de las más ciclabes y combinó subidas tendidas entre pinares con bajadas de todo tipo: algunas rápidas, otras más técnicas, otras con mucha piedra. Carlos experimentó lo inadecuado que resulta llevar alforjas por ese tipo de terrenos (por volumen y peso), y yo sufrí una pequeña avería en el cambio al soltarse el cable y un pinchazo en la mejor bajada del día.
Estiramos la parada de la comida hasta llegar al destino pero por razones de curiosidad cultural en lugar de comer en Peranzanes, nos acercamos hasta el castro de Chano.
En el albergue de Peranzanes nos alojamos y cenamos de lujo. El día había finalizado, se habían dejado atrás los primeros 45 km. y un desnivel de 1875 m. La etapa más ligera para abrir boca.
Fueron siete días en los que se recorrieron 400 km., en los que se acumularon más de 15.400 m. de desnivel y en los que no todo fue dar pedales. Todos los días hubo que caminar, algunos mucho más de lo deseado, y aunque se guarden como tesoros los paisajes que entraron por la retina, también se sufrió mucho ¡Menos mal que siempre nos dieron bien de cenar!
Una conclusión, ahora puedo decir que extraida de mi propia experiencia: la resistencia del cuerpo humano está muy por encima de lo que podamos pensar cuando se lleva al cuerpo a situaciones límites.
1ª Etapa. Burbia-Peranzanes.
Esta primera etapa resultó una buena toma de contacto, la noche anterior a la salida habíamos llegado a Burbia, pequeño pueblo perteneciente a la comarca del Bierzo que se encuentra en el interior de la Reserva de la Biosfera de los Ancares. Nos alojamos en el albergue, donde nos dieron de cenar muy bien y dormimos muy a gusto. Las gracias a David y a Quique que nos oficiaron de chóferes, porque Burbia está lejos y a ellos después de la cena aún les quedaba la vuelta.
Los primeros días contamos en el grupo con la buena compañía de Chema, así que esa primera mañana de pedales, como las dos siguientes, el grupo lo integrábamos: Javi, Jose, Carlos, Chema y el que escribe.
Salimos de Burbia con muy buen tiempo encarando una subida que se nos antojó muy dura (primeros porteos), y que se fue convirtiendo con el paso de los días en una anécdota, hasta llegar al alto desde el que nos descolgamos a Candín (en toda la semana no hicimos otra cosa que subir, bajar, subir y bajar y subir; algo a lo que estaba acostumbrado, sólo que sin llevar equipaje). Esta primera etapa fue de las más ciclabes y combinó subidas tendidas entre pinares con bajadas de todo tipo: algunas rápidas, otras más técnicas, otras con mucha piedra. Carlos experimentó lo inadecuado que resulta llevar alforjas por ese tipo de terrenos (por volumen y peso), y yo sufrí una pequeña avería en el cambio al soltarse el cable y un pinchazo en la mejor bajada del día.
Estiramos la parada de la comida hasta llegar al destino pero por razones de curiosidad cultural en lugar de comer en Peranzanes, nos acercamos hasta el castro de Chano.
En el albergue de Peranzanes nos alojamos y cenamos de lujo. El día había finalizado, se habían dejado atrás los primeros 45 km. y un desnivel de 1875 m. La etapa más ligera para abrir boca.
Todo un lujo de etapa.Recuerda que el jueves tenemos el tercer tiempo para comentarlo todo.Blue
ResponderEliminarUna pasada, y las cabanas de teitu una gozada.
ResponderEliminarBlogsaludos
preciosas fotos, vaya envidia que me dais viendo la ruta. Yo doy fe de lo bien que se come y se duerme en Burbia y de sus rutas por los Ancares. Un saludo willy
ResponderEliminarNo me cuesta reconocer que en estos temas soy un auténtico envidiosu.
ResponderEliminarHey Brother!
ResponderEliminarVoy a ser concreta:
Mediodía en Buenos Aires. Frío y lluvioso. Break en el medio del trabajo y tú nos regalas este post!
No tengo forma de agradecerte!!!
Me has pintado una sonrisa de placer y una gran cuota de envidia!
FENOMENAL!
Besos desde la otra orilla!
¡Más de 15400 m. de desnivel acumulado en siete días! Eso tien que dejar les pates un poco dolories ¿no? Una aventura muy guapa, Jose.
ResponderEliminarTiemblo solo de pensarlo, me he convertido a la secta de los vagos jejeje
ResponderEliminarMe gustan mucho las fotos
Un besote
Lo mejor de todo : el equipazo y el buen ambiente que nunca nos abandonó incluso en los momentos menos buenos. Un abrazo para el de las fuerzas especiales.
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