lunes, 17 de mayo de 2010

Estaba obligado


Noto la presión, sé que no puedo parar ahora. Tengo a todo el personal dando pedales a toda máquina y sé que en cuanto me despiste me dejaran tirado como un perro. Claro que si unos van a la salida de Ribadesella, a los 101 peregrinos, el próximo fin de semana a los 10000 del Soplao...y los que se quedan andan dando su vueltina por Cuatro Jueces, el Fario y etc... cómo para hacer sendas está la cosa. Ayer con el bocado en la boca y en solitario subí por la pista al Cordal de Peón y lo recorrí hasta salir a la carretera de Argañoso. A la vuelta, en las primeras rampas del Curbiellu, con el frío de la bajada y sin beber nada porque había salido sin agua, estaba muerto, y las piernas avisándome de los calambres que me iban a empezar a entrar si no las trataba bien en la subida. Por fortuna, las rampas tendidas del Curbiellu no se me atragantaron y llegué a casa sin más contratiempos. ¡Lo que hay que sufrir! Ampliaré esta crónica con más tiempo porque las salidas en solitario, aun reconociendo que no me gustan, te descubren sensaciones que en las salidas en grupo te pasan desapercibidas.

3 comentarios:

  1. Ayer por la mañana en lo que un jinete motorizado llamó banda faltaba un bandido.
    Pero todos sabíamos que por la tarde daría su particular "golpe".¿No habían detenido al solitario?. Parece ser que cabalga de nuevo.

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  2. No está mal, no está mal. El cordal de Peón en solitario… y sin agua. Aquí todo mi madre se da caña a tope. ¡Como pa faltar un día!

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