Ya estamos acostumbrados a ver los domingos por la mañana la estatua de Pelayo, y también a comprobar como les cuesta salir de la cama a algunos cuando el día duda que ofrecer. Jose no es de esos, tenemos salido de casa en pleno invierno y bajo intensos aguaceros. A Seve nos lo encontramos de camino al punto de salida. Después de un mes de recorrer las tierras altas de Escocia, cómo para perderse la cita dominical. Desde la Providencia, Deva no existía, estaba oculta en el interior de las nubes. Pedaleamos sobre agua, sobre barro y piedra lavada, y a ritmo tranquilo y sin pausa atravesamos Deva, Baldornón, La Collada, y subimos a Fano, con los ojos cerrados de tanta agua. Mucho agua en Lavandera, la de los rios crecidos y la de los prados convertidos en torrentes. Y mucha agua en la senda fluvial con estanques nuevos a medida de mamá pata y sus patitos en prácticas. Agua por arriba y más agua por abajo. Primavera de paraguas.
¡Eh, eh! que yo tambien me mojé
ResponderEliminarme encanta la foto de la seta.preciosa.blue
ResponderEliminarPues pedalear bajo la lluvia tien su encanto ¿no? Que y lo pregunten a los que fuisteis a los 101 Peregrinos. Parezme que a mas de uno debió quedai un trauma con el agua.
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