jueves, 7 de mayo de 2009

Edgar Alan Poe

Durante un día entero de otoño, oscuro, sombrío, silencioso, en que las nubes se cernían pesadas y opresoras en los cielos, había yo cruzado solo, a caballo, a través de una extensión singularmente monótona de campiña, y al final me encontré, cuando las sombras de la noche se extendían, a la vista de la melancólica casa de Usher.

Siempre es buen momento para releer a Poe, sobre todo ahora que ya no hay que taparse la cabeza con las sábanas al ir a dormir.
Por cierto, todos conoceis algo de Poe aunque quizás no lo sepais. ¿Os suena de algo Annabel Lee?

1 comentario:

  1. Esta canción me encantó en su momento y a día de hoy me sigue poniendo la carne de gallina.
    Eramos solo dos niños, más tan grande nuestro amor...

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