Me encanta descubrir que no soy un bicho raro o al menos descubrir que no soy el único. Mi amigo Blue se destapó el otro día con una preciosa aria de Tosca interpretada magistralmente por la gran María Callas y me recordó mi primera ópera, Rigoletto. A un personaje de opereta, histriónico, exagerado y divertido, al que un día os presentaré, le debo el placer de haberme reido y emocionado con la historia del pobre bufón de la corte del Duque de Mantua y con otras que vinieron después. Hay pocas cosas mejores que una noche en la ópera, compruébalo por ti mismo.
Prefiero a los tenores Marx que a Pavarotti,sobre todo para reirse,en el aspecto melómano ya se me escapa de las manos.
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