Algunos amigos, grandes aficionados al boxeo, me hablan maravillas de Manny "Pacman" Pacquiao un filipino que es una máquina de dar puñetazos y que debe tener además piel de cocodrilo, algo muy importante en el boxeo. Pacquiao campeón del peso welter y actualmente el mejor boxeador de todas las categorías congregó el otro día a más de 50.000 almas en el estadio de los Dallas Mavericks, casi nada. Los que sois aficionados sabréis bien lo que significa tener un rostro de hierro como el que tenía el mexicano Julio Cesar Chavez. De Chavez siempre me viene a la memoria la pelea con Meldrick Taylor que ganó sobre la campana después de ir perdiendo a los puntos casi toda la pelea. El rostro de Chavez aguantó todo pero el de Meldrick era al final todo un poema y con los ojos totalmente cerrados no veía llegar las manos. El árbitro que si no recuerdo mal era Richard Steel paró la pelea cuando quedaba menos tiempo de asalto que de la cuenta de protección, pero en aquellas circunstancias un golpe de más podría haber sido fatal. Hace unos años vi un documental sobre aquella pelea y me dió mucha pena del estado de Taylor, aquella pelea lo dejó sonado, él que era veloz en la acción, la palabra y el pensamiento se había convertido en una persona sin velocidad y con un hablar espeso y tartamudeante.
Eso por desgracia es lo que tiene el boxeo. Hace unos meses vi Gentleman Jim, película en la que el gran golfo, Errol Flynn encarna la figura de James Corbett, que fue campeón de los pesos pesados en 1892 al derrotar al que era entonces el gran campeón James L. Sullivan. Si lo malo de las películas de boxeo es que los actores no suelen ser duchos en el noble arte, no es el caso de esta gracias a los conocimientos de Errol que incluso tuvo la oportunidad, desaprovechada, de representar a su país, en esa disciplina, en la olimpiada de 1928. Si cae en vuestras manos no dejeis pasar una tarde de palomitas.
Eso por desgracia es lo que tiene el boxeo. Hace unos meses vi Gentleman Jim, película en la que el gran golfo, Errol Flynn encarna la figura de James Corbett, que fue campeón de los pesos pesados en 1892 al derrotar al que era entonces el gran campeón James L. Sullivan. Si lo malo de las películas de boxeo es que los actores no suelen ser duchos en el noble arte, no es el caso de esta gracias a los conocimientos de Errol que incluso tuvo la oportunidad, desaprovechada, de representar a su país, en esa disciplina, en la olimpiada de 1928. Si cae en vuestras manos no dejeis pasar una tarde de palomitas.
Recuerdo una tarde en Fiscal,en la transpirenaica en la que dos de mis compañeros se parason gran parte de la tarde´noche viendo videos de Pacquiato y compañia.Particularmente no siento esa pasión pero si tipos interesantes como vosotros lo apreciais,me da que pensar.Blue
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