Hace tiempo que se me metió en la cabeza que cualquier día puede ser un mal día, y cuando ocurren accidentes como el de esta semana, en que una furgoneta invadió la acera y mató a dos personas, el pensamiento vuelve para recordarme mis obsesiones. Es verdad, muchas veces pienso que la muerte es tan imprevisible y viene de forma tan absurda que es más fácil que te toque en el hombro la fatalidad, que lo haga la lotería. Por eso hay manías que desarrollo casi inconscientemente. Cuando estoy esperando en la acera a que cambie el semáforo me retiro unos metros y busco algún elemento que pueda de hacer de barrera, como un árbol o una farola; me alejo de los bordillos porque los coches pasan muy cerca y evito pasar por debajo de los salientes de los edificios porque también sé que las caídas de cascotes están a la orden del día, y mi empeño en minimizar riesgos se traduce con respecto a mi vehículo en una cierta amaxofobia - miedo a conducir- , que me lleva a evitar viajar en lo posible. Con ese panorama me he puesto en la piel del conductor que sale de casa y en un día como otro día, apuró un semáforo, o cambió de carril sin mirar, o sin ver, por el ángulo muerto y originó un accidente que ninguno de los implicados olvidará nunca. Todos salieron de casa como personas normales pero unos no volvieron y otros lo hicieron llevando en la conciencia ser unos homicidas. Hay días que es mejor no salir de casa.
Yo pienso que si algo te tiene que pasar ,te pasa,ese sinvivir tuyo tienes que tratarlo con unas buenas dosis de subida de adrenalina.
ResponderEliminarMadre mía, debemos ser hermanos o algo así...llevaba 8 meses sin coger el coche (le tengo pánico)y hoy, por una necesidad perentoria lo he tenido que coger..., he de decir que vine bien, y sin problemas , pero ahora al leer tu post, pienso que tengo que volver y ya no estoy tan tranquila...¡con lo orgullosa que estaba de mi hazaña!..en fin, menos mal que no paso de 90...que sino..
ResponderEliminarLMI