Antes de los Pokemon, y de estos dibujos de ahora que no tienen ni pies ni cabeza estaban otros que contaban historias. A mí, Paca y Tola me recuerdan las aventuras de Jacky y Nuca, los ositos del bosque de Tallac.
Hace ya veinte años que las jóvenes oseznas fueron rescatadas por miembros del Seprona (Servicio de Protección de la Naturalezade la Guardia Civil), con la colaboración del Fapas (Fondo asturiano para la protección de animales salvajes), unos furtivos habían matado a su madre y escondido a las pequeñas osas que tras ser liberadas y criadas a biberón, iniciaron un periplo que las llevó a Llanes, Vic (Barcelona) y El Hosquillo (Cuenca) mientras en Asturias se les acondicionaba un cercado adecuado. Como no es posible reintegrarlas al medio natural tras haber estado en contacto con el hombre porque se familiarizan y se corre el peligro de que se aproximen a las zonas habitadas con el consiguiente riesgo, desde 1996 viven como marquesas en régimen de semilibertad en un cercado que constituye, junto con la senda del oso un inmejorable reclamo turístico para Proaza y el valle del Trubia. A escasos quinientos metros del cercado osero dónde a las doce del mediodía se da de comer a Paca y Tola está el área recreativa de la Buyera con amplio estacionamiento, bar y zona de juegos. El periodo de hibernación de los osos suele abarcar desde finales de noviembre hasta principios de marzo y para saberlo todo tenéis la página de la Fundación Oso de Asturias.
Hace ya veinte años que las jóvenes oseznas fueron rescatadas por miembros del Seprona (Servicio de Protección de la Naturalezade la Guardia Civil), con la colaboración del Fapas (Fondo asturiano para la protección de animales salvajes), unos furtivos habían matado a su madre y escondido a las pequeñas osas que tras ser liberadas y criadas a biberón, iniciaron un periplo que las llevó a Llanes, Vic (Barcelona) y El Hosquillo (Cuenca) mientras en Asturias se les acondicionaba un cercado adecuado. Como no es posible reintegrarlas al medio natural tras haber estado en contacto con el hombre porque se familiarizan y se corre el peligro de que se aproximen a las zonas habitadas con el consiguiente riesgo, desde 1996 viven como marquesas en régimen de semilibertad en un cercado que constituye, junto con la senda del oso un inmejorable reclamo turístico para Proaza y el valle del Trubia. A escasos quinientos metros del cercado osero dónde a las doce del mediodía se da de comer a Paca y Tola está el área recreativa de la Buyera con amplio estacionamiento, bar y zona de juegos. El periodo de hibernación de los osos suele abarcar desde finales de noviembre hasta principios de marzo y para saberlo todo tenéis la página de la Fundación Oso de Asturias.
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