Envidia

Acierta Seve cuando dice que me hubiera cambiado por cualquiera de ellos para darle a los pedales y disfrutar sanamente de la mañana del domingo, pero tal y como están las cosas no seré yo el que se queje por tener que trabajar los domingos que tocan. Basta con sacrificarse un poco, organizarse, tener un camarada que se acople a las necesidades horarias y que el día acompañe mínimamente. Cumpliendo con todas esas premisas Jose y quien suscribe salímos el sábado por la tarde. Sin tiempo para aposentar el estómago y con el pensamiento en la bicicleta hicimos la circular, Gijón- Deva- Baldornón-La Collada- Gijón, a ritmo ligero y, al final, con el anochecer encima. Estuvo muy bien, aunque el domingo no pude evitar mirar con envidia a los conocidos y a los desconocidos que montaban en bicicleta.