Aumenta la familia en el hogar materno y Yan tiene nuevo pasatiempo. Es un periquito precioso que me regaló la semana pasada alguien que quiere mucho a sus animales y que desea lo mejor para ellos. En su nuevo hotel, el nuevo huésped está encantado porque los días transcurren en la animada compañía de las dos parejas de canarios y la de diamantes mandarines y ya no se siente solo. Y por la parte que le toca, Yan también está encantado, se pasa las horas contemplando, tranquilo, al recién llegado sin dar a conocer sus intenciones. A mi parecer, de natural desconfiado, no deben diferir mucho de las que guardaba Silvestre con respecto a Piolín.
Curiosas las aficiones que descubre uno de los demás,no me lo imaginaba.Enhorabuena por la feliz adopción
ResponderEliminarEs mi madre la que cultiva esa afición, yo sólo la abastezco de vez en cuando.
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