No era el mejor día, aun así y confiando en que la lluvia se quedara en la costa nos subimos hasta el puerto de San Isidro. Mi querido amigo Jesús, que está en la tierra y no en el cielo, me había invitado el día antes a que le acompañara hasta el Lago Ausente. Cogimos la ruta al principio del estacionamiento de Cebolledo en la estación invernal y aunque la excursión es corta, ida y vuelta alrededor de siete Km., con raquetas siempre cunde más. El día no animó mucho, el cielo completamente cubierto convirtió el paisaje en un cuadro gris en el que no se distinguía nada. El Lago Ausente quedó ausente porque no logramos localizarlo, según parece nos quedó remontar un poco al final. En fin, al menos se hizo ejercicio.
Y luego dices que el que no paro soy yo,que bien se te ve con las raquetas.
ResponderEliminarA si me gusta, para que digan que en esti pais se trabaja.Andado por esos lares como se disfruta eh. Barrancas.
ResponderEliminarTrabajo cuando me toca, por ejemplo este fin de semana, no obstante te puedo decir que en el estacionamienteo de Cebolledo había bastantes coches que no eran precisamente de obreros y que iban sorprendemente conducidos, la mayoría, por los famosos ninis, esos de ni estudia ni trabaja. A mí que me lo expliquen.
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